domingo, 21 de agosto de 2011

¿Cómo uso el Protector Solar?

Utilizando antes de la exposición solar, y en todo el cuerpo, pantallas solares de amplio espectro, contra UVA-UVB, con un factor de protección 30 o mayor, y reaplicarlas cada dos horas o luego de un baño o de transpirar excesivamente, aun en días nublados. Una vez elegida la pantalla solar esta debe ser aplicada como cualquier crema o loción sobre toda la superficie del cuerpo, incluyendo las orejas, y los labios, 20 minutos antes de la exposición solar.
Existen dos tipos de pantallas solares: las invisibles y las opacas. Las invisibles actúan atrapando la radiación ultravioleta protegiendo de esta manera la piel del daño solar.
Las pantallas opacas previenen la absorción de toda la radiación solar. Ellas en general contienen óxido de Zinc o dióxido de titanio. Estas últimas son útiles sobre todo para protección de los labios, la nariz, los hombros y para ser utilizadas por los niños más pequeños.

Debemos destacar que los niños menores de seis meses de edad deben evitar completamente la exposición al sol, y la única protección que pueden utilizar es la ropa adecuada, ya que no deben usarse protectores solares en menores de seis meses.

Fuente: Sociedad Argentina de Dermatología

Los 5 puntos de prevención

Si vas a estar al aire libre...
1. Tratá de permanecer en la sombra (árboles, sombrillas...)
2. Usá ropa que te proteja del sol, cubriendo la mayor superficie posible del cuerpo
3. Usá gorros, son mejores los que cubren orejas, cuello y cara
4. Usá lentes de sol: los ojos también sufren el daño por exposición
5. Usá protector solar: factor de protección 30 ó más, al menos 20 minutos antes de exponerte. Re-aplicalo cada 2 horas o después de transpirar o sumergirte en el agua.

Además, tené en cuenta que entre las 11:00 y 16:00 las radiaciones solares (rayos UV) son más intensas y dañinas. Tratá de minimizar la exposición solar en estos horarios.

ABCDE Melanoma

El melanoma puede aparecer como una lesión nueva o modificarse a partir de un nevo (lunar) preexistente.
Las primeras 5 letras del alfabeto nos ayudan a recordar los signos de alerta de una lesión sospechosa, ante la cual debemos concurrir inmediatamente al dermatólogo para que las evalúe.
Es importante tener en cuenta que presentar alguna de estas lesiones no siempre implica tener un melanoma, pero hay que prestarles mucha atención y controlarlas porque en el caso de no ser una lesión maligna, tienen una mayor probabilidad de transformarse en una de ellas.



Carcinoma Espinocelular


Es el segundo cáncer de piel en frecuencia de aparición. Su principal factor de riesgo es la exposición crónica a las radiaciones ultravioletas, por lo que aparece frecuentemente en las zonas expuestas de la piel –cara, orejas, cuello, cuero cabelludo, dorso de manos, hombros, brazos, pecho, espalda – pero también puede aparecer en la boca, labios, lengua, genitales o ano. Sin tratamiento puede invadir en profundidad, dar metástasis y llevar a la muerte.

Prestá atención si presentás alguno de estos signos:

• Cicatriz áspera, costrosa y sangrante, que no cura.

• Elevación circunscripta que aumenta de tamaño rápidamente

• Crecimientos de piel similares a verrugas de superficie rugosa.

• Herida abierta que no cura

Carcinoma Basocelular

Es el cáncer más frecuente en el ser humano.

La principal causa de su aparición es la exposición crónica a las radiaciones ultravioletas. Crece lentamente y excepcionalmente da metástasis pero, sin tratamiento, puede ser destructivo localmente invadiendo zonas próximas como el ojo, nariz, conducto auditivo externo.

Prestá atención si presentás alguno de estos signos:


Lastimadura o ulcera que sangra y no cicatriza.

Mancha rosada o área irritada que no desaparece.

Bulto rosado de borde elevado que crece lentamente.

• Protuberancia o crecimiento de piel brillante.

• Cicatriz blanca donde no hubo lesión anterior.